miércoles, 7 de abril de 2010

Cuando el cielo llora...

Miro al cielo y no reconozco nada como familiar, hace tanto que no veía el cielo de este modo, tengo miedo, mucho miedo siento que la planta de mis pies y todo mi cuerpo se estremece, pienso en dormir, mañana tengo cosas que hacer temprano, cosas importantes, pero tengo miedo de cerrar los ojos, tengo miedo de verte en mis sueños porque sé que allí no puedo controlar mis pensamientos, quisiera dejar de pensar en ti, pero, creo que poco a poco tu recuerdo se ha convertido en un reflejo en el que mi mente se sentía segura, pero hoy ya no sé qué es lo que prefiero.

No quiero llorar, porque nunca he llorado antes por un hombre, no quiero llorar porque nunca antes te he llorado y no quiero llorar, porque llorar sólo sería la confirmación de mi más grande miedo.

Puedo engañarlos a todos, pero de mi mente no puedo esconderme, tal vez al mantenerme ocupada tal vez logre aplazar el sufrimiento, pero invariablemente llegará, a pesar que la cantidad de evidencia me abruma, no puedo creerlo y aun que es más fácil pensar que nunca sentiste nada, es demasiado tarde como para que pueda decir que no siento nada.

Miro tu foto y me pregunto ¿qué haría si estuvieras aquí? y muero de pensar que lo más seguro es que no haría nada, me temblarían las rodillas y no podría caminar ni un paso, me quedaría allí parada lejos, en mi zona de confort, siendo la marica más grande del mundo, mirándote mirarme y no pudiendo dar ni medio paso.

El jueves le hable a una amiga de mi suéter favorito y paradójicamente el viernes lo usaste, me viste, me seguiste, te aislaste, me viste, y te vi, y no fui lo suficientemente valiente. Me gustas demasiado y no puedo controlarlo necesito de ese control para sentir que no me pierdo a mí misma, pero si no pierdo ese control corro el riesgo de perderte a ti.

Tengo mucho miedo de perder lo que tengo contigo ese algo especial que es absurdo, porque no es lógico que algo así pase con alguien quien sea, y más aún si has hablado tan pocas veces con esa persona.

Inhalo profundamente y mientras exhalo siento ese miedo salir y siento que ese miedo podría regresar si me descuido un poco o vuelvo a mirar tus ojos, el miedo está escondido esperando que intente hacerme la valiente para recordarme que no sirvo, no así.

He vivido los últimos meses en una espiral infinita de suposiciones, pero es que cada vez se vuelve más difícil evitarlo y más fácil suponer, quiero creer que lo que supongo es cierto, pero a veces mi seguridad se esfuma y mis únicas compañeras son las dudas.

Y justo entonces no puedo evitarlo y mis ojos se llenan con ese líquido que también me ha acompañado en estos tiempos de agonía, y desesperada, no puedo evitar que las lágrimas rueden, ahogo un grito y limpio mi mejilla, no puedo continuar explicándolo, a veces ni siquiera yo lo entiendo y cuando no lo entiendo y cuando me doy por vencida y cuando no tengo nada que hacer para repararlo, entonces… entonces puedes encontrarme por aquí, llorando en una esquina soñando con un futuro, que tal vez nunca llegara, llorando, porque es lo único que se me ocurre estar haciendo para aferrarme al único sentimiento que no he podido entender nunca y que creo que no quiero entender, porque eso sólo le quitaría todo lo especial que me ha cautivado desde el principio y me ha encantado de todo este asunto…

Pasan los días, y lo único que entiendo de todo esto es que si se me ocurre dejarlas cosas ir nunca me lo perdonaré, si no funciona o las cosas no salen conforme a lo planeado, bueno esas son cosas que pasan pero seguro que no podría perdonar dejar pasar las cosas cuando han sido tan especiales.